Recuerdo que hace poco más par de años esperaba octubre para mis últimas vacaciones de invierno y sentir que el año escolar iba a acabar rápido, cosa que terminaba siendo cierta. Fui creciendo y con eso, uniéndome más a la filosofía, es por eso que ahora me gusta que llegue octubre para celebrar el cumpleaños de mi primer filósofo favorito (el maestro, Friedrich Nietzsche) y de mi actual filósofo favorito, además discípulo del primero (Michel Foucault). Fue realmente curioso enterarme de que dos filósofos de tanta importancia en la historia contemporánea (y general, ¿por qué no?) nacieron el mismo día -claro, sólo que uno nació en 1844 y el otro nació en 1926-. El nacer en décadas distintas hizo que se encarguen de tocar distintos temas que, curiosamente, tienen cierta relación, pues Foucault se basa en algunas afirmaciones y máximas nietzscheanas hasta el punto de alguna vez afirmar: "Soy un nietzscheano". Esta inspiración nietzscheana se puede encontrar, por ejemplo, en una de sus frases más conocidas que, por cierto, aparece en su gran libro llamado "Las palabras y las cosas", esta frase dice: "El hombre ha muerto", que hace total referencia a la muerte de Dios de la que Nietzsche se va a encargar largamente de explicar. En pocas palabras, las dos frases son más profundas de lo que dicen a simple vista: La muerte del hombre expresa que (Foucault estaba dentro del grupo estructuralista) el nombre no era el encargado de crear la realidad, sino la realidad lo formaba a él. La idea de la muerte de Dios, en cambio, nos dice que la sociedad ya no necesita o ya no vive en los valores cristianos y que éstos son inservibles (sí, según Nietzsche) para nuestra avanzada humanidad. Los valores que Nietzsche dice que son cristianos son los valores, verbigracia, de compasión, de paz, pero él dice que el hombre necesita tener un espíritu de valores guerreros, los cuales él admiraba a todo dar.


Y para terminar con esta entrada, quiero decir que creo que la historia de la filosofía sin estos dos grandes pensadores no sería para nada igual. Es más, creo que si no hubiesen nacido, la filosofía se hubiese quedado a lo mucho, en Kant y los pensadores actuales estarían muy limitados. No sólo lo digo por Nietzsche o por Foucault. Porque sin ese Nietzsche, pienso, creo que tampoco habría un gran Heidegger... y si ese Heidegger no se hubiese dedicado a una interpretación muchas veces nietzscheana de la historia y del ser, la filosofía francesa (que ha sido la mayor escuela filosófica del siglo XX, en mi opinión) no tendría a muchos pensadores de la calidad como lo fueron Sartre, Hyppolite, Deleuze, Derrida y claro, Foucault (aparte de ellos, muchos más, estén seguros de eso, sólo que si menciono a todos, la entrada sería muy grande).
Eso ha sido todo por hoy, espero que nos podamos leer pronto. Espero que les esté gustando este nuevo formato y sigan disfrutando de la fiesta de uno de los pares filosóficos más grandes: Foucault y Nietzsche. ¡Nos vemos!