Espero que el título de esta entrada refleje exactamente lo que quiero decir. Han pasado algunos varios meses desde que no escribo, realmente nada por aquí y podría excusarme bien en que mi computadora se malogró, en que ahora estudio alemán los lunes y los miércoles por la noche y que el colegio no me deja ya mucho tiempo libre. Podría también decir que el mundial me distrajo un poco. Que ver a Alemania campeonar y ver a Klose tocar la Copa del Mundo y convertirse en el goleador de los mundiales o que la eliminación precoz de mi selección favorita, la cual es la italiana, podría decir muchas cosas, pero ninguna serviría. Atravieso cambios, y la brusquedad no se encuentra en ellos, son cambios ligeros que van llegando de poco a poco, me preocupo más por mi cuerpo y menos por mi cabeza, mi familia dice que extraña al Juan que los molestaba hablando de filosofía en vez de hablarles de tanto ejercicio. He dejado de leer y dentro de una serie de vanos intentos, por fin estoy terminando un libro que debí haber terminado hace 2 meses. He dejado de escribir, y recién he vuelto a hacerlo, me he inspirado. Ahora, yo no sé si deba seguir escribiendo o no, y no me siento con la osadía de hacerlo, pero igual lo hago porque la tentación es grande, en el fondo sé que esto me ayudará realmente en mi futuro. Las personas cambiamos y mayormente lo hacemos sin querer. Eso es lo que cuesta ser un humano. Para cerrar esta entrada y quizás abrir un nuevo capítulo no sé si deba disculparme con ustedes (bueno, mis queridos seguidores) porque ustedes (y acá me pongo como el típico hombre que agradece a todos) hacen que yo mejore y que en el futuro me convierta en un buen escritor y un buen periodista. No sé si he vuelto y si lo he hecho, pues lo hice semanalmente. Gracias.
Hay que intentar cosas nuevas. Que la juventud brinda tiempo para ello. :)
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