¿Qué tal amigos? Hoy les hablaré sobre el filósofo anarquista ruso llamado Mikhail (Mijaíl en español) Bakunin, uno de los más grandes representantes y exponentes del verdadero anarquismo, el anarquismo de la época donde recién empezaba a formarse. Nació en Priamújino, una ciudad rusa, en el año 1814, un 30 de Mayo. Tuvo un pensamiento ateo toda su vida, y lo defendió hasta la muerte, al igual que el colectivismo anarquista. De familia noble, tuvo un pensamiento distinto al pueblo ruso. Con lo que fue (igual se ponía de moda) uno de los padres de un nuevo movimiento llamado "anarquismo". Él fue el padre, por sus trabajos teóricos muy bien detallados y escritos, junto con Pierre Proudhon y Piotr Kropotkin, que también tuvieron ideas que obviamente sirven de base para los nuevos verdaderos anarquistas. Entre sus obras más importantes podemos encontrar un par que todo anarquista debe leer (es un decir, amigos polémicos): "Dios y el Estado" y "Estatismo y anarquía". Donde se habla de los temas como la supremacía e influencia de Dios en el estado, y obviamente nos habla de una idea anarquista para con el estado. Las ideas "bakunianas" tienen un poco de socialismo, una pizca de socialismo, dadas sus ideas anarquistas que quieren una igualdad sin Estado, aunque el comunismo no necesariamente sin el Estado, los dos se unen por una igualdad (o un tipo de ésta, una variación). Bakunin (como Nietzsche, Schopenhauer, etc.) fue un crítico muy severo con la religión; además hablaba mucho sobre cosas benignas que traía consigo el ateísmo. Bakunin, con sus ideas socialistas, anarquistas y ateas, pudo entonces definirse en una frase, que próximamente sería utilizada por diferentes medios comerciales, musicales (en el siglo XX, y el siglo que ahora vivimos): "Ni dios, ni amo". La idea prácticamente nos quiere decir que para una sociedad estable no debe haber algo que rija, algo superior, todos, así es, TODOS por igual, lo que sería difícil, y que hasta ahora es difícil.
Bueno amigos, me retiro, nos vemos mañana con algún tema filosófico que ya tengo en mente. Hasta luego y Zaratustra les bendiga.
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