Mi colegio tiene una extraña forma de hacer el plan lector; como a casi nadie a mi colegio le gusta leer libros, y se supone que el plan es que cada uno lleve su libro; nos dan unas hojas con pequeños cuentos con moraleja. Uno de ellos me pareció interesante, y hablaba sobre los estereotipos, si bien yo estoy totalmente en contra de esa idea de dar cuentos cortos, me gustó ese texto. Este texto me inspiró a hablar sobre el hedonismo. Definamos hedonismo entonces, el hedonismo nos dice que el objetivo y razón de vida es la búsqueda del placer, y al mismo tiempo, también la supresión del dolor. A algunos jóvenes de mi edad, y de 12 hasta 17 años, nos clasifican como hedonistas (a todos), y estas personas son una gran cantidad, en su mayoría adultas, que no saben muy bien cómo viven los adolescentes, y califican con estereotipos; Nietzsche nos decía que la moral en ciertas personas, cambiaba mediante cambiaban las épocas, o sea, mientras pasaba el tiempo; he aquí el porqué los adultos no saben cómo viven los adolescentes de hoy. El hedonismo en un sentido amplio, nos dice que hay que disfrutar los placeres que la vida nos da (y que debemos buscarlos), y aparte, con estos, suprimir el dolor. ¿Por qué califican, entonces, a muchos jóvenes como hedonistas? Pues, supongo yo, que los generalizadores, piensan que los jóvenes tenemos tantas dificultades, que buscamos suprimirlas con placer, cosa que, quizás no les puede gustar, conociendo los placeres de los jóvenes de hoy; pueden que tengan razón en algunos aspectos, sin embargo, generalizar nunca es bueno, y hay adolescentes que ni se preocupan por ser felices, o suprimir el dolor. Para mí leer es un placer, no lo busqué, sin embargo lo encontré, y leo, en las buenas y en las malas... técnicamente, el hedonismo (aún) no está conectado conmigo.
El perfume
Novela escrita por Patrick Süskind, que se convirtió de una forma muy precoz, en un best-seller. El nombre viene de la peculiar habilidad que tenía el protagonista de poder percibir el mundo con el olfato mejor que con los otros sentidos, el olfato lo tenía muy desarrollado. Este chico vive en París del siglo XVIII, nació en un lugar terriblemente putrefacto, entre desechos de pescado. Después de la muerte de su madre, lo crían unas nodrizas que dicen que no tiene el olor de los bebés. No tenía un olor propio.
Bueno, espero disfruten esta nueva semana, espero también hayan disfrutado el lunes, los quiero, Zaratustra los bendiga, cuídense, suscríbanse y comenten si pueden, y si quieren. Hasta luego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario