Como se habrán podido dar cuenta, he cambiado la cabecera de mi blog, no me pregunten por qué ahora, les juro que no sé porque no lo hice a comienzo de junio, pero bueno, ya no importa, no daré más explicaciones, no quiero alargar esto mucho. Hoy voy a hablar sobre un tema muy interesante, es como la ética, pero antes de la palabra, dice est. ¿Ya saben de qué hablo? Claro que sí, mis amigos, hablo de la "estética". ¿Qué es la estética? Es una rama de la filosofía, pero en vez de encargarse del buen vivir, la moral o la virtud; se encarga, según Kant, de todo lo que concierne a los sentimientos, verbigracia, su manifestación en el mundo real, y cómo es adentro de nosotros (diciéndolo figuradamente, claro está). Pero la definición más acertada, es la de que es una ciencia que se encarga de el estudio y reflexión de las problemáticas que nos da el arte, el arte en general, por ejemplo: la música, la pintura, los bailes, etcétera. La estética también es medio "esencialista" dado a que ve en las cosas una esencia, algo más aparte de lo que no muestran las cosas en sí. Además también puede traducirse como una percepción única (de cada uno) de la belleza. En fin, la estética es la ciencia o rama filosófica que nos habla de una percepción relativa de la belleza, de nuestra opinión sobre el arte, sobre cómo está el arte, fuera y dentro de nosotros.
La rebelión del Atlas
Obra escrita por Ayn Rand en el año 1957, el título fue una sugerencia de su cónyuge, ella quería un nombre totalmente distinto, pero el último era más acertado. Esta obra es peculiar por tres razones: No es muy conocida, pero si te cuestionas ¿Quién demonios es John Galt? Podrás interesarte. La segunda razón, es la última novela de Ayn Rand antes de meterse "de lleno" en la filosofía; y la tercera es que está incluida entre las novelas con más páginas (poco más que 1300 páginas, siendo quizá la novela filosófica más larga). La historia nos habla de un hombre que tiene que cargar dos mundos sobre sus hombros. Todo esto dentro de una filosofía objetivista, la cual definía a Ayn Rand, claro está.
Hasta luego, síganme, cuídense, comenten y nos vemos mañana. Zaratustra les arregocije.
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