jueves, 7 de noviembre de 2013

¡Feliz cumpleaños, Camus!

Buenos días, hoy celebramos entonces, el cumpleaños de Albert Camus, hoy cumpliría 100 años y estoy emocionadísimo de brindarle una entrada como regalo, igual que a ustedes también, comenzaré entonces, hablándoles un poco sobre él, su biografía. Camus nació en Argelia, es verdad, pero en una comunidad francesa, lo cual hizo que adoptara la nacionalidad misma, él nació en una época muy, muy belicosa: apenas cuando tenía un año ya había estallado la Primera Guerra Mundial, en la que, ese mismo año, muere su padre, a raíz de esto, su madre (analfabeta y sorda casi totalmente), fue con él donde su abuela (la de Albert), en Argel; ahí, aparte de que su madre le estuviese enseñando catalán y español, idiomas que hablaba a la perfección, estudió en la primaria con un profesor al cual le agradeció cuando ganó el Nobel de Literatura en 1957, aparte de agradecerle a su madre, a estos dos entonces, por su formación. Camus tuvo muy buenas notas en el Instituto y cuando iba a sacar su licenciatura en la disciplina de Filosofía, tuvo una complicación terrible, tenía tuberculosis y necesitaba manetenerse en cama para el tratamiento. Se alejó de ideas comunistas, cristianas entre otras, prefería ser más liberal, aunque en él predominaba la teoría del absurdismo. Contemporáneo a Sartre, él también escribió obras de teatro, novelas, ensayos, libros filosóficos, todo para hacer que su idea se divulgue un poco más, que salga de Francia incluso. Camus es conocido como el filósofo del absurdo por explicar en sus obras, magistralmente, qué era lo que significaba el absurdismo mismo y lo hacía con todo el desparpajo posible, un ejemplo de filósofo. Camus, desgraciadamente, tres años después de haber sido galardonado es encontrado muerto en un coche luego de un accidente en carretera; estaba escribiendo un libro llamado: "El primer hombre", que al parecer tenía contenido bien adornado y además, autobiográfico, es decir, si la hubiese terminado, hubiésemos sabido un poco más de él, posiblemente. 


La obra de Camus fue extensa, tan extensa que no podría mencionar todos sus escritos con un ligero resumen, que me tomaría mucho tiempo; en cambio, les recomiendo tres escritos que me encantaron de su obra y de cómo los escribió:

Calígula: En esta magistral obra de teatro, Camus quiere expresar algo muy importante: la cantidad de poder que uno puede adquirir, pero también (y más importante aún) cómo puede hacer para usarlo al máximo. Les recomiendo ésta porque es una obra, según he leído, que va a perdurar por mucho tiempo, estoy seguro. 

El mito de Sísifo: Ensayo donde demuestra que la vida, para Camus, no es más que algo insignificante, nos da el caso de Sísifo, un hombre que ser astuto ante los dioses le costó caro y fue castigado a empujar, ciego, y eternamente, una roca hasta la cima de una montaña. ¡Castigo del demonio, obra exquisita!

El extranjero: La, para mí, mejor novela de Albert Camus, en ésta nos habla sobre un hombre que hacía cosas absurdas en su vida absurda dando explicaciones absurdas, aunque lo que digo suene absurdo, la idea central es esa, claro que Camus le da un toque exquisito, maravilloso, explica ahí entonces y de verdad, qué es el absurdismo.


Ahora pasamos a los globos con frases, porque estos globos llenos de existencialismo y absurdismo merecen ser vistos por todo el mundo:



Para terminar entonces, les pondré cuatro curiosidades sobre Albert Camus que a uno le podrían resultar sorprendentes y a otro, posiblemente no.

1. En su juventud, Camus encantaba de jugar fútbol y jugar en la posición de portero; se dice que tapaba muy bien. 

2. Como se dijo antes, Camus agradeció a su profesor de sexto de primaria (al cual siempre llevó en la memoria) cuando recibió el Premio Nobel de Literatura en 1957.

3. A diferencia de lo que siempre se cree, Camus sí nació en Argelia, pero en una comunidad de colonos franceses. 

4. Tan aficionado al teatro era que, aparte de crear obras de teatro, también creo una pequeña compañía relacionada a las representaciones teatrales. 



Bueno, y eso fue todo, que las velas sigan encendidas, hasta que se acabe el día y a sonreír pues, que ya van 100 años desde el nacimiento de Camus, un siglo, ¡impresionante lo rápido que se pasa el tiempo! Hasta luego.

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